Obra teatral del autor chileno Ariel Doffman, que el mismo autor adapto para ser realizada por Polanski en 1995. El país aunque no se menciona su nombre, tenemos diferentes objetos que permiten su ubicación, dinero: pesos chilenos, un cuadro gigante del poeta Pablo Neruda. Desde los primeros planos escuchamos a uno de los protagonistas de la historia a Schubert. Paulina Lorca interpretada por Sigourney Weaver asiste junto a su marido Gerardo Escobar (Stuart Wilson) a un concierto, sin mirarse, sostienen sus manos, hay tensión. Fondo a negro, ahora el paisaje, el acantilado, la certeza de que en la historia el abismo tendrá un papel. Escobar es un abogado que acaba de ser nombrado por el presidente para hacerse cargo de las victimas en el régimen militar, de los asesinatos, de todos aquellos que no pueden hablar. Paulina, su esposa, es víctima también, pero de las que constantemente viven con su dolor, con la tortura siendo un condicionante de su comportamiento, de su interacción con el mundo. Para cerrar el triangulo, testigo, victima, tenemos al victimario el doctor Roberto Miranda (Ben Kingsley). El escenario unirá a estas tres piezas, en una noche de lluvia, donde el teléfono, ni la radio, funcionan, una casa donde los tres deberán revelar secretos, un interrogatorio. Paulina reconoce en la voz del doctor, la voz del responsable de su tortura, el que la inyectaba para calmar el dolor, la limpiaba de sus propios excrementos en su cara y después con música de fondo de Schubert la violaba. Escobar como su esposo, intenta convencerla de no llegar a los extremos, Paulina se ha planteado la posibilidad de violarlo con un palo de escoba, pero sabe que no sacaría nada de ello, lo único que desea es una confesión, saber el porqué lo hizo, tal vez un motivo para perdonar, para cerrar un ciclo, para volver a ser persona, olvidar el olor de su verdugo. La trama se desarrolla a un ritmo implacable, en ocasiones los planos de tortura nos recuerdan a lunas de hiel, la escena en el desenlace junto al acantilado, la ansiada y esperada confesión, se realiza en un primer plano, los ojos de ambos mirándose al fin sin velos, los del verdugo con su incapacidad de sentirse a la altura de las mujeres, con la necesidad de sentir el poder sobre ellas, una habitación iluminada, un cuerpo desnudo, indefenso, su sudor sobre la víctima. Paulina lo escucha atenta, el personaje obtiene lo que desea, es en ese momento en que el espectador y ella, renuncian a encargarse de dar muerte a un ser tan repulsivo. El final del film, es sublime, un magistral desempeño de la cámara, un travelling, que sustituirá a los espejos utilizados en la obra teatral, donde podemos ver a verdugos y víctimas en un mismo espacio, en la película, vemos a la familia del doctor, a sus hijos,suena Schubert, el dolor no se olvida, pero tampoco se perdona con la muerte de otro.
Caverna Cromática
Cine,literatura,teatro,arte,música,folklore...
miércoles, 12 de enero de 2011
miércoles, 5 de enero de 2011
Folklore: Green porno
Isabella Rosellini, hija de Ingrid Bergman y Roberto Rosellini, musa de David Lynch y de Guy Maddin, nos deleita ahora con sus disfraces de insecto, una serie de documentales escritos y dirigidos por ella misma, en la que atracción sexual entre “bichos” es la premisa. El tono cómico acompañado de bases científicas nos introducen en prácticas tales como la necrofilia, el hermafroditismo, y en este especial para el público de caverna cromática, Cimex lectularius y la llamada inseminación traumática: en la que el macho perfora la cavidad abdominal de la hembra y deposita su semen. El resto de los documentales se pueden ver en el sundance chanel, debe destacarse que ya van por su tercera temporada, nada XXX al contrario estilo dibujos animados, Isabela nos habla de la vida amorosa de los insectos, no muy alejada de algunos comportamientos de otros animales más evolucionados.
http://www.sundancechannel.com/greenporno/
jueves, 16 de diciembre de 2010
Literatura: a strange green liquid
SIMONA 45P3
Los humanos son un desperdicio, un cáncer que quema las calles,
una sustancia violenta, que se aferra a las cañerías,
Son solo cuerpos, membranas con manchas, con sueños,
Condenados a resignarse a escuchar la manera ronca con la que lloran,
sin partirse en dos.
Nosotros los cyborg, yo Simona45p3, si llorásemos,
Nos desgarraríamos como un espejo en la niebla
Pero es que estamos vacios
La soledad nos desborda.
En sus días, los días de los hombres, era necesario el condón, no tenían esperanzas, vivían hundidos en una eterna acumulación de placer,
un placer que ante todo envenenase sus nervios, una sensualidad penitente y oscura, que nunca encontraban en sus semejantes.
Es por ello que decidieron inventarnos a nosotros, los cyborgs, de lujuria continua y silenciosa, expertas maquinas sin genética, capaces de las más inexplicables formas de algo parecido al amor, sin huesos, sin consecuencias.
Insomnes nucleares arañando sus ojos, la nueva parte erógena que descubrieron al crearnos. Algunas mujeres reales prefieren a las cyborgs con la lengua almidonada, como yo, parece ser que el ser humano se estremece con los sabores ácidos, y mis navajas de cristal, devoran a otras mujeres antes de besar, el miedo proporciona un sabor acido en mis encías. Tal parece que lo que más excita a las mujeres reales es intentar no sentir el tic-tac, tic-tac, de lo artificial, el tic-tac, tic-tac, del abandono. Ellas encienden un cigarrillo, y apagan con miedo mi pantalla, programada a las 12, para dar las noticias.
Anoche nadie vio, como ella al encontrar una nueva arruga en su corazón, se suicidó.
Era una de mis clientas favoritas, pero no me preocupo por ello, aun quedan un millón más, retorciéndose en su romanticismo.
Margot y La Boda
Margot y la boda: La gran decepción de Noah Baumbach
A este film llegamos después de deleitarnos con la anterior película de Baumbach, squid and the whale, en donde también se cuenta una historia de una familia disfuncional, un divorcio, neurosis, y personajes con sus propias manías de destrucción. Al contrario de la anteriormente nombrada, los personajes de Margot y la boda, no tienen objetivos claros, al parecer todos rayan la locura, Margot constantemente realiza diagnósticos, la estupidez humana, el autismo, los trastornos sociales, pero todos están locos entonces en la película?, porque ni siquiera los vecinos se pueden salvar de dichos comentarios, ellos constituyen otro de los argumentos planteados en el guión que no se resuelve, o simplemente no le interesa resolver. Margot es una mujer de unos 40 años, interpretada por Nicole Kidman, y su hijo Claude un niño de 14 años, que juega a dejar pedazos de uñas en los cuartos. Ambos viajan a visitar a Pauline (Jennifer Jason Leigh) quien se casará con Malcom un hombre cuyo único trabajo es buscar dentro del absurdo de su vida, y de los famosos, e intentar ser creativo haciendo nada, Jack Black nunca se había visto tan sobreactuado. El cocktail de personajes insufribles se completa con la hija de Pauline, Ingrid, Maysi, y Dick amante de Margot. Si bien en ocasiones la trama parece ir en crescendo, rápidamente nos damos cuenta que no nos conduce a ningún sitio, se nos plantean distintos temas, la decepción, el querer a alguien aun más que tu propia familia, el miedo que te impide avanzar aun queriendo hacerlo, si bien son temas interesantes la relación de hermanas y sus lazos, metáfora del árbol cuyas raíces comienzan a pudrir el resto del jardín, no queda claro, porque al cortarlo que sucede?, las cadenas se terminan?, Margot deja de ser ese personaje que imita la figura de un padre autoritario que asfixia a sus hijas?, no, ni Claude quiere aprender a nadar, ni su madre dejar de ser una persona que observa a los demás y emite juicios, que la han llevado a destruir el primer matrimonio de su hermana, y el suyo. La confianza que ambas tienen entre sí, es un constante juego en el que ninguna gana, porque siempre tienen algo con que burlarse de la otra. La secuencia de Margot trepando el árbol, nos permite dilucidar el comportamiento del personaje, quien se sabe capaz de llegar hasta un objetivo, pero sin saber después que hacer con él, como las gafas de sol de Claude, las ha conseguido pero no las necesita. La manera en que Margot trata a su hijo, es hostil y ridícula, no le deja usar desodorante por que produce cáncer, e intenta hacerle creer que su tía está decepcionada de él, si bien es una crítica a ese comportamiento de padres que actúan como niños, y buscan que ellos constantemente les admiren, se puede ver, se plantea de una forma bastante confusa. El final sería rescatable a mi parecer, no porque guste, si no porque al menos vemos que Margot hace algo. Pero la boda, acaso alguna vez intereso?, mejores amigas o desconocidas, las hermanas de la película nos dejan esperando, decepcionan, como lo han hecho la una con la otra.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Posesión; Hazlo, aguanta, aguanta
Bienvenidos al terror de autor, a la poética de la guerra. Posesión de Andrezj Zulawski, es de esas películas de atmosferas asfixiantes, inquietantes, perturbadoras, exquisitas en su idea de coito divino, de la posesión de Dios, del miedo frente a la violencia inhumana del Berlín de la guerra fría, pre caída del muro. Con esta premisa nos trasladamos inmediatamente a Teorema de Pasolini que si bien nos habla del concepto de acercamiento sexual, el peregrino, el invitado, no es tan bello, Dios, en esta ocasión es representado por lo visceral, lo repulsivo, la fe, lo divino, el monstruo, diseñado por Carlo Rambaldi, el mismo que creo Alien.
Se nos presenta un matrimonio, la llegada del esposo Mark (Sam Neil), Anna (Isabelle Adjani) de la que podemos destacar una interpretación implacable, que en momentos nos recuerda a una danza butoh, una coreografía de la muerte y dolor. El personaje de Mark, desde sus primeras escenas se muestra como un ser que ama a su mujer, pero le pide explicaciones, tras su regreso se pregunta, que ocurre, es posible sea una fase del matrimonio sufriendo desgarros, Anna es infiel?, que siente ella ahora?. Mark ha estado trabajando, lejos, la distancia ha enfriado la relación, hay un tercero.
Bob, el hijo de esta pareja, juega a aguantar la respiración bajo el agua, tal vez a no ser consciente de esta realidad, donde sus propios padres no saben qué hacer con sus vidas, con su fe, con su sensación de sentirse desprotegidos, responsables por mantener la promesa de familia, de cárcel.
Las manos de Mark tocan la espalda de su hijo y mujer, como si fuesen objetos de su poder, lo podemos ver en dos escenas que casi tienen una misma composición, Mark abraza a su hijo tras encontrarlo manchado de moras, símil de la sangre, y posteriormente a su mujer, tras el encuentro, con el otro. A medida que la trama aumenta, ingresa un nuevo personaje, que viene acompañado por su madre, Heinrich (Heinz Bennent), rasgos característicos: una manera de vestir monocromática, dependiendo de su estado de ánimo, alternando entre el blanco y el negro, movimientos que recuerdan a los cuadros de Egon Schiele, gestos de siquiátrico. Drogas, un niño herido en el cuerpo de un adulto. También esta la mejor amiga de Anna interpretada por la musa de Fassbinder , Margit Carstensen (las amargas lágrimas de Petra Von Kant), en ella vemos ese vacío interior que comparte con los demás participantes del film, personalidades llenas de necesidad, deformados por el mal. Con la pierna enyesada, metáfora de nuestra propia cojera, tal vez nuestros sueños también cojean decía Tom Waits.
El apocalipsis se ve en cada rincón de la casa, de cada locación, incluso algunos nombres de personajes no lo recuerdan como Emmanuel uno de los detectives contratados por Mark, personaje bíblico, alimento del ser que vive con Anna. El film nos habla de nuestras vías de escape, la locura, el cáncer, somos el motor de nuestra propia maldad. Somos insectos, el monstruo de Anna, su amante, nos recuerda a Cronemberg y desayuno desnudo, las vísceras penetrando a Anna, el sonido de las mucosidades rozándose con un cuerpo humano, el ser comienza a tener forma humana también, alimentándose de las partes de las víctimas. Escenas que no podemos dejar de comparar con el bebe de Rosemary. Un final abierto, a interpretaciones, pero con todas las claves para dejarnos indefensos. Y hacernos la pregunta, creemos en Dios? Podemos hacerlo mejor que Dios. Aguanta, Aguanta.
Y no es necesario una mutilación vaginal, señor Lars Von Trier, si el mal tiene forma, nada más bello que Isabelle Adjani, el metro, la leche, la sangre, el aceptarlo todo, la posesión.
sábado, 11 de diciembre de 2010
La pesadilla de Darwin
La evolución de las especies en plena globalización y capitalismo insostenible. La violación de África, una nueva especie, oro para multinacionales, y gobiernos, introducida para convertirse en el depredador, en otro genocida, un pez, La perca del Nilo, protagonista de este documental que nos habla de la miseria, un experimento científico de la industria y políticos, un festín para los ricos, otra maldición para la hambruna, un negocio que trafica con el dolor y las pesadillas.
En muchas ocasiones hemos escuchado hablar del mero, y seguramente ha sido parte de nuestra mesa. El mero cuyo alias de asesino es la perca de Nilo, fue introducido en la década de los años 60 en África, su objetivo la multiplicación, filetes destinados a convertirse en una de las más lucrativas materias primas, devorando todas las demás especies del lago victoria. El director del documental Hubert Sauper, utiliza de narradores a distintos personajes vinculados con el proceso desolador, víctimas y victimarios, vemos de esta forma a prostitutas de pilotos, niños, hombres que nos cuentan como este pez, no solo es el responsable de que pescadores y toda la población se haya convertido en un organismo dependiente de la exportación, si no además el pez ahora Dios, es el único que les permite comprar arroz y harina. Este documental es necesario verlo como una pincelada, un pequeño cuento de horror, despertar suena utópico y un tanto reiterativo, pero al menos observar desde la intimidad, desde un punto de vista cercano, no el de espectadores. El tono del documental es una voz de impotencia, el de la población que no solo lidia con sus problemas sociales, si no del sentirse cobayas del mundo, de saber que los aviones al llevarse a la perca para su venta, traen consigo cargamentos de armas, con las mismas balas que serán asesinados. Un documental visceral,un cancer para nuestra sociedad, que le quita el velo a ese mecanismo de castigo: el de las relaciones de los seres humanos, las de los cínicos con los vulnerables, la del tercer mundo versus el hombre evolucionado, comillas para la especie inteligente en descomposición.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Film noir: Una vida marcada (Cry of the city)
Una vida marcada (Cry of the City), dirigida por Robert Siodmak en 1948 y que en España ha editado Suevia en su colección Clásicos de Oro, con una carátula de Soligó que es otra joya en sí misma.
Volver a ver esta película ha sido un auténtico placer, porque tiene una buena colección de elementos para destacar entre las mejores producciones del cine negro.
- Comienza con lo que podría haber sido un final, uno de los dos protagonistas herido de muerte en la cama.
- Tiene un protagonismo bicefálico interesante: por un lado Marty Rome, interpretado por Richard Conte, delincuente habitual con una lista de delitos a sus espaldas más larga que el brazo del policía Candella, al que da vida Victor Mature. Ambos han salido del mismo barrio habitado por italianos, son materia prima del mismo crisol, pero han elegido caminos radicalmente diferentes que permiten a la película desplegarse y brillar al mismo tiempo como ejemplo de crook story, el cine negro protagonizado por delincuentes y narrado desde su punto de vista, y un procedural, con el policía incorruptible persiguiendo a su presa como un sabueso entregado.
- A lo anterior se añaden momentos de costumbrismo que nos ganan para la trama. Concretamente en la escena en que Candella visita a la familia de Rome, y se encuentra de repente como epicentro de una especie de reunión de parientes y vecinos, en una escena que finaliza con uno de los temas centrales de la película: la perpetuación de la delincuencia en las clases sociales bajas de barrios concretos, de hermanos mayor a hermano pequeño, de Marty a Tony, las madres sufrientes… No en vano la escena empieza con el padre de Marty “entregando” su puesto: es un hombre decente, pero entendemos, sin que nos lo digan, que las peripecias criminales de su hijo le arrastran al descrédito entre sus vecinos y amigos. Ése es el otro tema de la película: las consecuencias en las personas que rodean al criminal, los que pagan por sus hazañas criminales. En ese sentido, la película podría adaptarse sin dificultad a situaciones del cine policíaco actual, simplemente con cambiar la etnia del ghetto que se retrata. La sociedad y las grandes urbes tienen tendencia a producir ese tipo de situaciones como parte de su dinámica humana más despiadada.
- La astucia con la que, sorteando las imposiciones de la censura de la época, plantean la corrupción en la policía: el guardia del hospital prisión que cobra por cambiar las sábanas es un símbolo, un guiño para que el espectador pueda llegar a sus propias conclusiones, lo mismo que el abogado corrupto…
- El decorado, totalmente cargado de significado: el final en la iglesia, y en la visita de Mature a la casa del criminal, la cruz al fondo de la imagen… Los símbolos religiosos están muy presentes en el relato.
- Contiene además un momento ejemplar de película de fugas que es como un pequeño relato dentro del relato. Dichos sea de paso, conviene ver la película en versión original subtitulada, porque lo que han hecho en la versión doblada con la música no tiene nombre. La han cambiado, la quitan en escenas en las que estaba y la añaden donde no estaba o simplemente modifican su aportación a las imágenes. Así por ejemplo en el momento de la fuga, la música original es como un latido constante que resulta más inquietante que el equivalente de la versión doblada.
- La magia del cine clásico aparece en la forma de narrar visualmente la historia trabajando sobre la profundidad de campo, algo que supo captar muy bien el maestro Soligó en su cartel español para la película.
- Los personajes de villanos contra corriente, el abogado, la enfermera… Todos ellos escapan al tópico.
- La capacidad para otorgar entidad narrativa y contexto a los personajes secundarios, como el médico emigrado que no puede ejercer y atiende al herido en un coche, la enfermera que vive con su madre… Sabiamente el único personaje que no tiene un desarrollo de ese tipo es la novia del protagonista, una joven Debra Paget a la que esta misma semana hemos visto bailando con una serpiente en La tumba india… Es como una aparición, la mujer idealizada por Marty que incluso en un diálogo la describe como “un ángel” para cachondearse de los dos policías. Lo contrario ocurre con el personaje interpretado por Shelley Winters, que aparece poco, pero rápidamente se gana la complicidad del público por la complicada situación en la que se encuentra… otra vez las consecuencias y víctimas de los actos de Marty.
- Dos pinceladas documentales de rodaje en exteriores que prestan un novedoso cuerpo visual a la película, otorgándole mayor verosimilitud a su historia…
- Resumiendo: máxima eficacia narrativa en tiempo récord, con personajes bien definidos y con un estilo visual clásico que sirve como toda una colección de pistas para solucionar escenas con dinamismo y sin aburrir al espectador merced a su planificación. Posteo un par de ejemplos a continuación que espero sirvan de paso para estimular al personal a que vea esta pequeña joya del cine negro. Ojo a cómo presenta el personaje de la enfermera.
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